- La tarea, simplemente “izar una imagen y colocarla en una elevación”.
-Arribados a Bialet, sentimos que algo diferente nos estaba por suceder, dispuestos como siempre a cumplir nuestra misión, notamos que sin duda iba a ser el mejor vuelo de nuestra carrera, el mejor vuelo de nuestras vidas.
- La incertidumbre de tener que desplazar semejante imagen a esa altura, nos alentaba e incentivaba a planificar con tanto detalle que, lo perfecto del vuelo era exclusivamente en honor a nuestra virgen.
- El calor que arreciaba , obligó a agilizar la operación cuanto antes. El colosal peso impedía indefectiblemente subir de un salto desde atrás de la iglesia al pedestal en la colina . Algún procedimiento alternativo debería de ser ideado o la tarea seria cancelada.
- El vuelo consistía en despegar hacia el norte, y en algún momento virar hacia la derecha para enfrentar lo mas convenientemente posible, el lugar donde posaría la virgencita , evento que iba a ser logrado después de dos arduos intentos.
- “ Esta maniobra no fue una casualidad técnica del vuelo, sino un entrañado deseo de la virgen de sobrevolar el valle y bendecirlo antes de tomar su definitiva morada en las alturas.”
- El momento de la aproximación llegaba; el peso de la virgen, el bramar de las palas del helicóptero suspendido sobre el pedestal, los cientos de pañuelos blancos que saludaban desde la iglesia, emocionaban los corazones mas y mas.
- ¡ Llego el momento de apoyar la imagen ! . Nuestros operadores enfervorizados, trataban de jalar las riendas, todo fue simple y jubiloso, la virgen, posó en su primer intento, perfecta y directa su mirada hacia la iglesia. “ Todo había concluido”.
- Nosotros los tripulantes del H–91, sabíamos que sin duda esta no había sido una operación mas; fue producto del supremo designio de Ntra. Sra. De permanecer allí y por siempre.
- Nuestra FE fue reverdecida en ese instante y sentimos desde entonces una protección adicional mas en nuestras vidas.
Córdoba 29/11/2006.
Com. Julio C. Sorgenti
Cap. (R) Ricardo W. Pons